Ahora

El pueblo está enclavado en el denominado Parque Natural Tajo Internacional.

En otro orden de cosas, en la actualidad, el pueblo conserva la estructura arquitectónica de un pueblo donde las construcciones modernas brillan por su ausencia (afortunadamente), las casas tienen grandes muros que las aíslan del calor, en muchas casas las bóvedas son de crucería y cañón y los materiales utilizados en su construcción  son fundamentalmente granito y pizarra.

Además son muy abundantes los yacimientos de agua subterránea, lo que hace que no existan problemas de abastecimiento, por un lado y por otro la localización de numerosas huertas.

La vegetación de la zona es la propia de un terreno de secano, abundan las encinas, alcornoques, el olivar empieza pegado al pueblo y se extiende hasta el Tajo por lo que  ocupan una gran extensión,  aunque pertenecen al termino municipal de Alcántara. Un dato curioso es que solo haya olivos en esta zona, para encontrar mas olivares nos tenemos que desplazar hasta la Sierra de Gata.

Lo cierto es que forman parte del paisaje del pueblo, abundando en casas de campo desperdigadas por los olivares y entre las que se pueden encontrar preciosas arquitecturas del siglo XIX como muy bien señala Gregorio en su trabajo sobre los Lagares.

No sabemos el origen de este cultivo, no sé si los plantaron los romanos o los árabes lo que si sabemos es que forman parte del paisaje y la economía del lugar desde tiempos pretéritos.

En el mismo trabajo que he citado antes se hace un repaso sobre las preciosas casas de terratenientes construidas en este lugar a partir del siglo XIX-XX. Para hacernos una idea del poder adquisitivo de sus dueños señalar que tenían cuartos de baño completos, lo que contrasta con la realidad que se vivía en el pueblo ya que el agua corriente no llega a todos los vecinos hasta 1982.

La zona es un paraje a descubrir, con una increíble riqueza en su fauna. Como dato curioso podemos decir que la zarzuela Luisa Fernanda fue escrita en el pueblo y parte de la acción transcurre en las inmediaciones de la Frontera.

Así es, en el Teatro Calderón de Madrid el 26 de marzo de 1932 el nombre de Piedras Albas estaba presente. Era el estreno de Luisa Fernanda, ¿y como había llegado a pasar eso?
Detrás de el origen de esta famosa zarzuela esta la amistad de Mateo Villarroel y Villegas, exdiputado, con el autor/es.
Según cuentan, este señor era un terrateniente, había construido en el pueblo un palacete en 1885, parece ser que tenia una «amiga» del mundo del espectáculo y probablemente esta circunstancia habría influido en el encargo de hacer una zarzuela. No he conseguido documentación de «esta historia», supongo que la familia tiene mas datos, pero lo que si es seguro es la existencia de dicho palacete y no solo del mismo sino de la casa que habría construido para su amiga, la casa de enfrente, casa donde todavía hoy figura una placa donde aparece su nombre como la persona que la mandó construir en 1905.

Estos son los datos escritos que he podido encontrar, esto no quiere decir que no haya más, sólo es cuestión de buscarlos, para ello solo hace falta que nuestras instituciones, como la Diputación o la Junta de Extremadura proporcionen los medios necesarios.

Las aportaciones para ampliar estos datos son siembre bien recibidas en maria.arroba.elbocoris.es